INTRODUCCIÓN
Este
increíble viaje lo hice junto a mi papá, ya hacía un año de la partida de mi
mamá y no la estábamos pasando tan bien, me quedé viviendo sólo con mi papá y
todo nos hacía recordarla. Al parecer mi hermano se dio cuenta de esto y nos
hizo la invitación de no solo ir a visitarlo, sino que en sus planes estaba
viajar, llevarnos a conocer Italia, Francia y España. Los planes los hicimos
con bastante tiempo de anticipación, desde qué visitar hasta qué llevar. El
detonante para la definitiva compra de los pasajes era la anulación de la visa schengen,
la cual permitiría a los peruanos visitar gran parte del territorio europeo sin
la necesidad de una visa por un tiempo no mayor a 90 días. Ni bien salió
publicada la noticia, mi hermano compró los pasajes. Puesto que ya teníamos una
tentativa de fecha: abril, mayo y junio.
Ya
con los pasajes y seguros de viaje comprados, sólo quedaba esperar el día. También
reunimos toda la documentación necesaria, la carta de invitación de mi hermano
(firmada por la policía española) hasta una resolución de mi universidad
autorizándome el viaje. Ya estaba todo. Saldríamos de Lima el 18 de abril y
llegaríamos a Barcelona el 19 de abril del 2016 con más de 12 horas de vuelo y
2 horas de escala.
18 de abril del 2016
Estábamos en el aeropuerto Jorge Chávez
de Lima. Nos despedimos de mi tía, mi hermana y de Claudia, una emotiva
despedida ya que no nos volveríamos a ver hasta dentro de 87 días. Luego de
pasar los controles hicimos una pequeña cola hacia control migratorio para que
nos autoricen la salida del país, ya teníamos todos los papeles listos en un
folder para enseñarlos cuando nos los pidieran. A mi papá le tocó un joven no
tan exigente, que con sólo ver los papeles le dieron el pase. A mí, me tocó una
señora un poco amargada, la cual me hizo preguntas del tipo ¿A qué te dedicas?
¿Qué harás con tus estudios ausentándote todo este tiempo? ¿Qué piensas hacer
en España? ¿Con quienes viajas? … Luego de responderle todas sus preguntas y de
sustentarlas enseñando los documentos llevados, por fin me dio el pase.
Pasamos a la parte internacional del
aeropuerto, ya no estábamos en territorio peruano. En las pantallas buscamos
nuestro vuelo y la puerta de embarque programada, nos dirigimos hacia ella y
nos sentamos a esperar. No lo podía creer, en algunas horas estaría en España
viviendo un sueño.
Llegó la hora de Embarcar, nos
revisaron el boleto y fuimos subiendo al avión conforme nuestros asientos (los
últimos suben primero). Nos quitaron el desglosable del boleto, nos revisaron
el pasaporte y ahí estábamos, caminando por un brazo que te lleva directo hasta
la puerta del avión; ahí, otra señorita te recibe y te guía en donde está tu
asiento.
El avión era enorme, tenía 8 columnas de asientos (2 - 4 -2). El
cheking lo hicimos de modo que mi papá y yo nos sentemos en los 2 asientos que
dan hacia la ventana, atrás del ala.
Ubicamos los asientos y guardamos
nuestras cosas. Las aeromosas dieron las instrucciones en caso de emergencias,
cómo abrocharnos el cinturón y esas cosas. El piloto se presentó y dijo que nos
abrochemos los cinturones y no los desabrochemos hasta que él lo indique. Lo
hicimos, nos dirigimos hasta la pista de despegue, yo estaba súper nervioso; el
avión empezó a acelerar a full con los motores encendidos hasta que despegó.
Nos elevamos muy rápido, en pocos segundos ya estábamos sobre el mar. Se podía
ver todo el Callao desde la ventanilla del avión, saqué mi cámara y grabé ese
momento.
El avión siguió elevándose hasta pasar
las nubes, ya no se veía nada. El piloto indicó que ya nos podíamos desabrochar
los cinturones, las aeromozas pasaron ofreciéndonos café, agua, gaseosa o jugo;
además de entregarnos audífonos. Nos esperaban más de 11 horas de viaje así que
debíamos de distraernos con algo. Yo me puse a ver una película “Misión Rescate”
y mi papá se puso a jugar solitario.
Hora de la cena, nos habían dicho que
la comida en los aviones era bastante mala, pero creo que no era el caso de
Iberia, un puré con asado de muy buena sazón.
Comimos hasta llenarnos. Fuimos al
baño y seguimos con los juegos. Ya me estaba dando sueño y me preparé para
dormir, con el cinturón puesto, porsiacaso (y por traumado).
Amaneció y al ver la pantalla que te
mostraba la ubicación del avión vi que aún estábamos por el Atlántico y que,
según el estimado de tiempo, llegaríamos en 3 horas a Madrid.
Las aeromozas prendieron las luces del
avión y pasaron diéndonos desayuno.
Minutos más tarde ya estábamos volando sobre territorio español, el piloto dio la orden que nos aseguremos los cinturones porque comenzaríamos el descenso. Ya podía ver España desde la ventanilla, el hermoso verde de los campos, las tejas naranjas de las casas y las amplias autopistas, hermosa vista.
Desayuno en Iberia |
Minutos más tarde ya estábamos volando sobre territorio español, el piloto dio la orden que nos aseguremos los cinturones porque comenzaríamos el descenso. Ya podía ver España desde la ventanilla, el hermoso verde de los campos, las tejas naranjas de las casas y las amplias autopistas, hermosa vista.
Aeropuerto de Madrid
19 de abril del 2016
Luego de muchos nervios más tarde,
aterrizamos en el gigantesco aeropuerto de Madrid. Aquel aeropuerto para que se
hagan una idea es mucho más grande que el distrito de La Punta, para
transportarse de una terminal a otra es necesario tomar tren.
Bueno, llegamos a Madrid y teníamos
que pasar control migratorio, la parte más difícil de todo el viaje, puesto
que, si no nos recibían, nos regresaban a Perú y dejaríamos todo perdido.
Hicimos una larga cola hasta que nos
tocó con un oficial un poco mayor. Nos pidió nuestros pasaportes y nos preguntó
el motivo de nuestra visita, le dijimos que mi hermano vive en Barcelona y
hacia ahí íbamos, él es ciudadano español y le mostré sus documentos, al verlos
nos dejó pasar. Fue mucho más rápido que el control migratorio de Lima. Ya con
los pasaportes sellados, recién ahí pudimos estar tranquilos. Ese era el gran
obstáculo a pasar para poder ir a España, el control migratorio.
No lo podía creer, oficialmente éramos
turistas en España. Lo primero que hicimos fue buscar un teléfono de monedas
para llamar a mi hermano y avisar que habíamos llegado con bien y habíamos
pasado migraciones sin problemas. No tenía monedas así que tuve que comprar un
agua de 2 euros (más de 7 soles) para poder tener monedas para usarlas en el
teléfono.
Aeropuerto Barajas - Madrid |
Luego de hablar con mi hermano, nos
dirigimos a la terminal 4 para tomar el vuelo hacia Barcelona. Debíamos tomar
un tren que nos llevara, por suerte, todo está muy bien señalizado y si no,
igual hay muchos módulos de información y gente que está siempre dispuesta a
darte una orientación.
Llegamos a la terminal 4 y buscamos
nuestro vuelo en la pantalla para ver la puerta de embarque. Fuimos hacia ella
y a esperar que se abra. Felizmente me guardé algunas galletas del avión así
que eso calmó mi hambre.
Llegada la hora del embarque, subimos
a nuestro segundo avión operado por Avianca. El avión era más pequeño a
comparación con el que veníamos, 2 filas de 3 columnas c/u y con razón, el
vuelo a Barcelona sólo duraba 1:15 hr.
Llegada a Barcelona
Llegamos al aeropuerto de Barcelona,
cómo era un vuelo nacional ya no teníamos que pasar ningún control migratorio
(no volveríamos a pasarlo hasta el regreso a Lima) y fuimos directo a recoger
nuestras maletas en la cinta que nos indicaron al bajar. Felizmente aparecieron
sin problemas.
Ya estábamos, en Barcelona, con
nuestras cosas y sin ningún susto. Ya sabíamos que mi hermano nos esperaba
fuera, aunque el vuelo se adelantó algunos minutos pero suponíamos que Freddy
nos estaría esperando. Buscamos un carrito para poner nuestras maletas y
salimos. Entre la multitud escuché que alguien gritó “¡Feo!” (con mi hermano
nos decimos así desde hace mucho) volteé a buscarlo y ahí estaba. Pasamos el
muro de las llegadas internacionales y nos abrazamos. Carolina, su esposa,
también estaba ahí. Fue una tremenda alegría verlos, abrazarlos y por fin.
Estar juntos desde la partida de mi mamá.
Fuimos al parking y nos subimos al
auto de Freddy con rumbo a su casa, él vivía en Terrassa, a unos 30 – 40 min de
Barcelona.
A pesar de ser casi las 8:00 pm aún
había sol, y es que en España anochecía a las 9:00 pm, y en verano casi a las
10. En fin, todo el camino me la pasé pegado a la ventana admirando el paisaje.
Aún no lo podía creer; estábamos en Europa, España, Barcelona y sabía que me
esperaban 3 meses increíbles. Yo sólo estaba pegado en la ventana pensando y
pensando hasta que se me vino a la mente una escena del príncipe del rap.
Llegamos a la casa de mi hermano, nos
enseñó donde íbamos a dormir, nos enseñó nuestro baño, la cocina, la lavandería,
su baño y su cuarto; y, junto a su cama en su mesa de noche, una foto de él
abrazando a mi mamá. Mi papá sujetó el cuadro y no aguantó las lágrimas, yo
tampoco. Lo abracé y le dije que teníamos que estar tranquilos y no deberíamos
ponernos tristes. No era el momento ni mucho menos el lugar.
Mi hermano quiso llevarnos a cenar, ni
siquiera nos cambiamos la ropa del viaje y nos fuimos. Nos llevó a un centro
comercial llamado Parc Valles. Fuimos a un restaurant de comida mexicana llamado "El Mexicano" y
obviamente, brindaríamos con una coronita.
Terminamos exhaustos, muchas emociones
en un solo día. Nervios, preocupación, miedo, alegría, ilusión, tristeza...
Pero al fin y al cabo sabíamos que estábamos los 3 juntos y a punto de pasar
los mejores momentos de nuestras vidas.
BARCELONA 2 - PRIMER DÍA