AYACUCHO

Introducción


Ya decidido el viaje a Ayacucho, hicimos las maletas según el clima serrano (tardes de mucho sol y noches de mucho frío) y habiendo verificado los pronósticos de clima los cuales eran favorables para las fechas en la que viajábamos (semi despejado y sin lluvias). Informados de las atracciones turísticas, históricas y paisajistas que tiene Ayacucho. Emprendimos el viaje que como todo viaje, ilusionó bastante.



Nuestro plan era el siguiente: Aprovechando el feriado por el día del trabajador, Lunes 1 de Mayo; viajaríamos el Jueves 27 en la noche, para estar en Ayacucho Viernes 28, Sábado 29, Domingo 30 y Lunes 1 (y llegar Martes 2 para ir a trabajar).

Viajamos en Cruz del sur, y luego de 10 horas de viaje, llegamos a las 6:00 am a Ayacucho. Ya teníamos reserva de Hotel y sabían que llegaríamos a esa hora, así que no hubo problema en llegar al hotel, nos aseamos, descansamos y salimos como es costumbre el primer día, a conocer la ciudad y aclimatarse ya que Ayacucho está a +2740 msnm.

Viernes 28 de Abril 

Conociendo la Ciudad


El plan para el primer día tenía que ser algo suave, para aclimatarnos y evitar malestares que puedan malograrnos el viaje. Ayacucho es conocida por ser “La ciudad de las iglesias”, algunos dicen que tiene 33, 34 y hasta 37; de igual modo no había tiempo de conocer todas, así que solamente las principales:
  • San Cristóbal (La más antigua -1540)
  • La Merced (donde está enterrada Maria Parado de Bellido)
  • Santo Domingo (donde se colgaban a los herejes de la ciudad)
  • San Francisco de Asis (Convento más importante de la ciudad)

Luego de una larga caminata, y ya en avanzadas horas de la tarde, decidimos volver a la plaza para buscar un restaurante en sus cercanías y comer la famosa “Puca Picante” de Ayacucho, plato típico a base de panceta (carne de cerdo). 

El plato no estaba barato, pero tampoco muy caro, unos 25 soles que valían la pena.


Luego de almorzar y reposar un unos minutos, fuimos a conocer la Catedral de Ayacucho (De estilo barroco, donde predomina la exageración en la decoración) en donde por mala suerte, se estaba celebrando una boda así que no pudimos tomar fotos del altar mayor, sólo de las capillas en los laterales. Nos molestó bastante que dentro de la Catedral, estaba instalado un kiosko donde vendían recuerdos, collares y souvenirs de Ayacucho. No comparto esa costumbre, pero en las mejores ciudades del mundo se da. ¿Dónde quedó al “César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios”?

Interior de la catedral de Ayacucho

Catedral de Ayacucho

Seguimos nuestro recorrido por la plaza de armas y por la calle principal 28 de Julio, que es algo así como su Jr. De la Unión hasta llegar al “Arco del Triunfo”, monumento construido en honor a la victoria de la Batalla de Ayacucho.



A pocas cuadras, estaba el Mercado de Ayacucho así que decidimos entrar para curiosear, de tanto caminar y conocer, el sol se fue ocultando y con ellos el frío llegando. Decidimos regresar al hotel para ponernos una ropa más abrigadora, descansar un rato y volver a salir por la noche. El taxi nos cobró 5 soles.

Volvimos a salir en la noche, el Hotel estaba a 3 cuadras de la plaza de armas así que caminamos, la Plaza de Armas es hermosa en la noche; vale la pena visitarla. Cenamos algo ligero en unos restaurantes que hay por la plaza, me pareció algo caro. Seguimos paseando y volvimos al Hotel caminando. A descansar y preparar las cosas para mañana.

Sábado 29 de Abril

Casa Museo Andrés Avelino Cáceres


El plan de hoy era conocer la Casa Museo de Andrés Avelino Cáceres, y luego irnos a pasar el día en el pueblo de La Quinua. Nos levantamos temprano, en el Hotel estaba incluido el desayuno así que desayunamos tranquilos y tomamos un taxi por 5 soles a la Casa Museo Andrés Avelino Cáceres, que está en propiedad del ejército. 

La entrada nos costó 2 soles y un guía nos iba explicando todo el museo (el guía era un soldado). Dentro del museo se encuentran artículos personales de Andrés Avelino Cáceres, así como pinturas originales, también se puede ver su cama y varios muebles que le pertenecían.

Mesa de reuniones de Andrés Avelino Cáceres

Maleta de Andrés Avelino Cáceres


Además, en el patio del museo está la primera higuera plantada en el Perú, traída por los españoles en la época del virreinato, no faltan las historias de duendes contadas por los mismos soldados en sus guardias nocturnas. Su merecida propina al soldado guía, que nos fue de gran utilidad. Muy recomendable esa visita.

La primera higuera del Perú



























El Mercado Central de Ayacucho está frente al museo, así que decidimos visitarlo. No demoramos mucho en la visita, pero sí nos provocó un ceviche de trucha a 5 soles.

Pampas de la Quinua


Tomamos un taxi por 4 soles para ir al paradero de los colectivos que van al pueblo de La Quinua, los colectivos cobran 5 soles si te quieres bajar en el mismo pueblo, o 6 si te quieres ir hasta la misma Pampa, nosotros decidimos tomarlo hasta la Pampa.

El camino demora 1 hora y nos dimos cuenta que el cielo se nubló rápidamente y comenzó a llover, la lluvia nos agarró en el camino y no paró hasta buen rato después, nosotros no llevamos protección para lluvia, pero por suerte las señoras que venden artesanía nos vendieron unos ponchos que nos salvaron de tremenda empapada. Lo primero en visitar era el Obelisco, de 44 metros de altura, las fotos de rigor y luego a caminar por las Pampa.




La Pampa de la Quinua está designada como un Santuario Histórico del Perú, el Perú solo tiene 4 Santuarios Históricos, entre ellos Machu Picchu. El Santuario Histórico Pampas de la Quinua es el lugar donde se desarrolló la batalla final en la que, con la ayuda de colombianos y argentinos, el Perú obtuvo su independencia y pudo expulsar a los españoles. A pesar que el ejército libertador era mucho menor en número, ganó. En el lugar aún se encuentran los cañones originales utilizados en aquella batalla.

La pampa tiene una extensión de 300 hectáreas, y no había mejor manera de recorrerla que a caballo. Te los alquilan por 10 soles así que los tomamos. 




Ya se acercaba la hora de almorzar y por suerte cerca de las pampas vendían comida, 15 soles el chancho al palo (también había chicharrones a 15 soles y caja china a 20 soles).


Luego de comer y para bajar la comida, decidimos volver al Obelisco y seguir paseando y tomando fotos, comprar recuerdos y pasar el día en las pampas, pero siguiendo con el plan, tomamos un mototaxi que nos cobró 5 soles para que nos lleve al pueblo de La Quinua para ir a La Casa de la Capitulación, donde se exhiben las armas originales usadas en la batalla, uniformes y, además, el cuarto donde se firmó la Capitulación de Ayacucho. 




En el documento, se aprecia la firma del Virrey La Serna y la del General Sucre; dicho documento establecía que el Perú era una nación independiente y que debería pagar los gastos que la guerra le había generado a España, por si no fuera poco, también el Perú debería pagar el gasto del retorno de los españoles a España.


A Claudia le importaba más sacarse buenas fotos que dejar que yo le explique la importancia histórica de ese lugar, era hora de volver a Ayacucho. El colectivo te deja lejos de la plaza, y nosotros estábamos hospedados por la plaza así que tuvimos que tomar un taxi por 4 soles al hotel. Estábamos muy cansados, pero no había tiempo para descansar porque queríamos ir a contratar algún tour para el día de mañana; queríamos ir a las piscinas naturales de millpu, con sus famosas aguas turquesas escalonadas, preguntando en varias agencias el mejor precio que conseguimos fue de 90 soles, así que lo tomamos, cenamos, comimos un helado típico de Ayacucho llamado “Muyuchi”, muy parecido al queso helado Arequipeño, a base de leche, coco y ajonjolí. Buenaso! A 2 soles. 

Luego, paseamos un rato y volvimos al hotel porque el tour salía 6:00 am y había que madrugar.

Domingo 30 de Abril 

Piscinas naturales de Millpu


El punto de reunión era en la plaza de armas, no había tiempo para aprovechar el desayuno del hotel así que nos fuimos sin desayunar. El camino dura 4 horas y media, Claudia se las pasó durmiendo, yo duermo muy poco en los caminos así que me quedé viendo el tremendo paisaje que tenía en mi ventana. 

La primera parada la hicimos a 1 hora y media para desayunar, hacía un frío tremendo así que cada uno se pidió una sopa de cordero a 10 soles, también comprar agua e ir al baño porque ya no pararíamos hasta luego de 3 horas. 

Sopa de cordero, de desayuno

La Van solo puede avanzar hasta cierto punto, luego nos quedaba una caminata de 1 hora en ascenso para llegar a las piscinas. Felizmente ya estábamos aclimatados y con buena salud y estado físico, no nos costó mucho la caminata, nuestro guía muy amable, era quechua hablante (como la mayoría de ayacuchanos), yo le puse el cariñoso apodo de “el chasqui”, aunque a Claudia no le gustaba porque le parecía racista, pero yo lo decía porque el tipo se metía unas corridas impresionantes, de ida y vuelta, saltaba rocas y se comía los caminos como si nada. Muy atlético.



El guía nos sugirió un desvio de media hora (a los que teníamos buena condición física) para subir un cerro y poder ver “La Puna” a más de 4200 msnm. Eso sí nos cansó y como había llovido la madrugada, el suelo estaba con lodo y se hacía muy difícil la subida, pero lo logramos y era impresionante ver La Puna Ayacuchana, el paisaje era muy árido, pero pudimos ver un cóndor volar y un zorro, según el guía, con suerte, se pueden ver pumas salvajes. Felizmente no tuvimos suerte.

Puna Ayacuchana

Luego de media hora más de caminata llegamos a las Piscinas naturales de Millpu, el guía nos había advertido que debido a la lluvia de la madrugada, las aguas iban a estar un poco turbias y no se iban a apreciar el característico color turquesa de dichas piscinas. Así fue, pero ya estábamos ahí y a pesar de lo helado del clima, no aguanté en darme un chapuzón. Felizmente todos me siguieron y hasta el guía se metió al agua. Valió la pena el tremendo viaje.





De regreso a la Van, pasamos por un lugar donde los pobladores vendían comida. No se pueden llamar restaurantes porque no los eran. Pero tenían bancas, sillas y comida. Nos pedimos una trucha, agua de cebada y algo para picar que eran unas algas con trigo y mondongo. No me gustó, pero estuvo barato, todo por 10 soles.

Luego de comer, hicimos el viaje de vuelta a Ayacucho, estábamos muy cansados. Pero Claudia quería ir a cenar al mejor restaurante de Ayacucho, motivo por nuestro 3er aniversario, había que complacerla así que fuimos al hotel a descansar, asearnos y cambiarnos. Según lo que pude investigar, el mejor restaurante de la ciudad se lo peleaban el “Vía Vía” y el “Sucre”, ambos en la plaza de armas. 

Nos decidimos por el Vía Vía, hicimos una reservación de una mesa con terrasa y salimos, primero a contratar un tour para el día siguiente y luego al restaurante. A pesar de ser uno de los más lujosos de la ciudad, los precios no estaban tan caros, los platos no pasaban de 30 soles.

Restaurante Vía Vía

Luego de comer, tomar un vino y conversar mucho, regresamos al hotel porque el día de mañana también teníamos que madrugar.


Lunes 01 de Mayo 


Madrugando de nuevo para poder llegar a las 6:00 am al tour y perdiéndonos otra vez del desayuno, ya con las cosas listas pues ese día abandonaríamos el hotel ya que el tour dura hasta las 7pm, así que dejamos el hotel y guardamos las mochilas en la agencia de turismo.

El plan de hoy era hacer el tour hacia la laguna Pomacocha, El complejo arqueológico de Intiwatana y Vilcashuamán. El tour terminaría a las 7pm y nuestro bus salía 9:30pm. Así que todo estaba cuadrado. El costo del tour era de 60 soles, y lo hicimos en la misma agencia de turismo con la que fuimos a millpu.

Puyas Raimondi


Ya en el tour, nuestra primera parada fue a 1 hora y media en un pueblo llamado Condorccocha, ahí tomamos desayuno; la primera atracción fue en el bosque de Puyas de Raimondi, son enormes plantas de hasta 10 metros que crecen a partir de los 3600 msnm, la planta vive 100 años, es ahí cuando florece y luego se marchita y muere.

Puya Raimondi

Complejo arqueológico Intihuatana de Pomacocha


La siguiente parada fue la laguna Pomacocha que traducida del quechua significa “Laguna en forma de Puma”, y efectivamente, tenía forma de puma. Sus aguas eran muy transparentes y el lugar muy verde. Muy hermoso el paisaje, sin dudas la mejor laguna que he conocido. 

Laguna Pomacocha

Luego, hicimos una caminata por un camino de piedra y luego de alrededor de 45 min llegamos al Complejo Arqueológico de Intihuatana. Se dice que fue construida por el inca Pachacutec, y que, a la llegada de los españoles, los mismos incas lo destruyeron. 




Algunos muros y construcciones de piedra son perfectos, incluso se pueden apreciar decoraciones en alto relieve en los muros de piedra. 

Muro con alto relieve

Siguiendo la caminata se llega a ver el lugar donde se bañaba el inca, y una piedra enorme con 17 ángulos; de regreso a la movilidad, se ve la piedra de “La chacana” que representa las creencias religiosas de los incas y las ruinas de lo que fue un acllahuasi (la casa de las escogidas, donde se educaban a las futuras acllas y coyas del inca). 

Baño del inca, con piedra de 17 ángulos

Ruinas del acllahuasi

La entrada al complejo cuesta 5 soles muy bien pagados, mantienen el lugar muy limpio y ordenado.

Vilcashuamán


Continuando con el tour, llegamos a Vilcashuaman y lo primero que hicimos fue almorzar, pues ya eran más de las 2pm.  

Chicharrón de lechón

Luego, visitamos una especie de pirámide inca llamada Ushnu, que servía como estrado al inca cuando hacía sus ceremonias o se dirigía al pueblo.

Ushnu

Luego muy cerca, estaba el Templo de Vilcashuamán, uno de las contrucciones más importantes del Tahuantinsuyo y centro religioso y administrativo del chinchaysuyo; se puede apreciar también la silla del inca, tallada en un único y enorme bloque de piedra, que según cuentan, estuvo cubierta de placas de oro que los españoles saquearon. Algo curioso, es que en el virreinato se ordenó la construcción de una iglesia católica sobre el templo inca.

Trono del inca en Vilcashuamán

Ya de regreso a Ayacucho, como nos sobraba un poco de tiempo, íbamos a hacer una parada en una tienda donde vendían productos típicos de la zona. Pero empezó la lluvia, felizmente estábamos dentro de la movilidad, pero el camino rápidamente se volvió lodoso y para nuestra mala suerte, el conductor al querer cruzar un charco de agua, no se dio cuenta que era más profundo de lo que parecía, así que nos hundimos, entró agua en el radiador del vehículo y se paró el motor. Casi tuvimos un viaje perfecto.

Eran ya las 5:30 pm y estábamos a 1 hora y media de Ayacucho. Paró la lluvia, no había señal en los teléfonos, y el pobre conductor lleno de lodo tuvo que ir hacia el grifo más cercano en busca de alguna ayuda. Regresó con un tractor para remolcar el vehículo y por lo menos sacarlo del agua. Mientras el conductor y el guía trataban de echar a andar el vehículo, era buena oportunidad para estirar las piernas. Pasaban los minutos y no veíamos progreso alguno, y ya me empezaba a preocupar la hora porque nuestro bus salía a las 9:30pm.


Eran ya las 7pm y sabiendo que estábamos a 1hora y media de la ciudad, tomé la decisión de abandonar el vehículo y pedir un aventón a cualquiera que pasara por el camino. Le dije a Claudia que prepare las cosas y nos bajamos de la couster. Los demás turistas al darse cuenta lo que pensábamos hacer, también nos siguieron y pues eran los que, al igual que nosotros, viajaban esa misma noche. En total eramos 6 personas, desesperadas por llegar a Ayacucho. Ningún auto pasaba, ya eran 7:20pm y seguíamos esperando. El carro del tour seguía sin arrancar, en la espera nos dimos cuenta que una pareja también regresaba a Lima en el mismo bus que nosotros.

7:30 pm pasó una combi, le preguntamos si iba a Huamanga, nos dijo que sí. Nos quería cobrar 10 soles por persona, un abuso, pero no teníamos opción. Subimos y el tipo era una bala conduciendo. Lo que supuestamente demoraba 1hora y media, lo hizo en 1 hora. Llegamos a la ciudad antes de las 9:00, fuimos a la agencia a recoger las mochilas y luego a Cruz del Sur, antes quisimos comer algo, pero del apuro yo no pude comer nada. Dejé todo en mi plato, solo quería cambiarme de ropa y asearme, Claudia sí cenó. Llegamos con las justas a embarcar el bus, todo salió bien… Por suerte!


Y ahí terminó nuestro viaje, con un susto al final. Pero nada pudo opacar lo bien que lo pasamos, conocer gente, costumbres, vivir la historia, es algo que siempre busco en cada viaje. Ya sólo nos queda subir nuestras fotos y planear el siguiente destino, que nos queda mucho por conocer…