A las 8:30
venían a recogernos para empezar el fullday a Oxapampa, así que nos levantamos
muy temprano para ducharnos, cambiarnos y alistar las maletas. Habíamos quedado
con Nathalie (la gerenta de la agencia) que regresando del fullday de Oxapampa,
nos prestaría una habitación en su hotel para ducharnos y cambiarnos para el
viaje de regreso a Lima, así que llevamos nuestras maletas.
Habíamos
quedado con Nathalie (la gerenta de la agencia) que regresando del fullday de
Oxapampa, nos prestaría una habitación en su hotel para ducharnos y cambiarnos
para el viaje de regreso a Lima, así que llevamos nuestras maletas.
El
desayuno estaba incluido en el hotel, y lo servían a partir de las 7:30 am, así
que bajamos a esa hora al comedor, fuimos los primeros, aún no estaba listo así
que tuvimos que esperar unos minutos. Fue un desayuno muy rico, variado y
contundente.
Después de
desayunar, recogimos nuestras cosas y fuimos al lobby del hotel para esperar
que nos recojan a las 8:30, se aparecieron más de las 9:00; la agencia muy
buena, pero eso sí, muy tardones.
Saludamos
a todos en la van y empezamos el recorrido, esta vez nuestro guía sería
Nathalie, nos comentó que ella era descendiente australoalemán. Aprovechando el
largo camino (ya que teníamos que salir del departamento de Junín y entrar a
Paco), nos dio una breve introducción.
La
colonización de las primeras familias alemanas en Oxapampa (Scütz, Müller, Bottger...) fue posible gracias a la abolición de la esclavitud en el gobierno de Ramon
Castilla y la estrategia de inmigración europea para el desarrollo agrícola en
arroz, caña de azúcar, café, etc.
La
colonización se dio a tal punto, que tuvieron colegios germanohablante,
conventos franciscanos, etc. Hasta hoy muchos de ellos mantienen sus
costumbres, vestimentas, danzas típicas, gastronomía y claro, el idioma alemán.
Nathalie
nos trató de enseñar algunas palabras en alemán, aunque no tuvo mucho éxito.
Seguimos el recorrido hasta hacer la primera parada en el Puente Paucartambo al
límite de Junín y Pasco. Aprovechamos para comprar unos refrescantes cocos
heladitos a 2 soles y a estirar las piernas.
Nuestra
siguiente parada luego de casi 40 min sería el monumento de “BIENVENIDOS A
OXAPAMPA – CIUDAD GEOCENTRICA DEL PERÚ”, es aquí donde le pregunto a Nathalie
porqué geocéntrica, y es que estábamos en el centro geográfico de todo Perú.
Luego de
las respectivas fotos, nos fuimos a El Tirolés, productores de café, lácteos y
productos de la zona, también hacen un show de baile para los turistas.
Tienen una especie de feria, con juegos y tiendas de souvenirs. Sin duda, una parada muy turística.
Ya eran la
1:30 pm, así que fuimos a almorzar. Nathalie nos recomendó el restaurant
Italo’s, experto en parrillas, a todos nos gustó la idea así que fuimos.
Todos los
compañeros del tour compartimos una mesa, era un buen momento para conocernos y
contar algunas experiencias en nuestros viajes. Todos andábamos en parejas así
que fue fácil caernos bien.
Nos
pedimos la especialidad de la casa, una parrilla mixta de res, chancha y pollo;
además de una porción de yucas fritas que le encantaban a Claudia. El mesero
nos recomendó de tomar un refresco típico de Oxapampa, el quito quito; ninguno
de nosotros la conocía así que nos trajo la fruta para que podamos verla.
Mientras
esperábamos la comida, era un buen momento para conversar y conocernos todos. Frank
y Fiorella parecían la pareja con mayor experiencia, hablaban mucho de sus
viajes y se notaba que lo disfrutaban; Luis y Rubí, al igual que nosotros, eran
una pareja joven y un poco reservada. Liz y su enamorado (no recuerdo su
nombre) hablaban mucho de Colombia, ya que Liz es colombiana. Todos nos
conocimos y caímos muy bien, hasta creamos un grupo de Whatsapp para
intercambiar fotos y seguir comunicados.
Llegó la
comida y se veía buenaza! Quedamos más que satisfechos, la recomendación de
Nathalie valió bastante la pena. Quedó perdonada por hacernos esperar.
Luego de
descansar unos minutos, la siguiente parada sería la plaza de armas de
Oxapampa, he conocido muchas plazas de armas y ninguna tan hermosa como esta.
Hasta el momento, para mí, la plaza de armas más bella del Perú.
A un lado
de la plaza, un arco recordándonos que estábamos en una reserva nacional de
biósfera Ashaninka Yanesha, donde tuvo la unión de estos dos pueblos nativos de
la selva central.
A una
esquina de la plaza, la Iglesia Matriz Santa Rosa, construida en su totalidad
de madera en 1940, es la iglesia de madera más grande de Latinoamérica y la
principal iglesia de Oxapampa.
Alrededor
de toda la plaza de armas, se encuentran fachadas decoradas con madera, y es
que esto es un requisito impuesto por la municipalidad de Oxapampa; además,
tampoco se ven vendedores ambulantes o “jaladores” de turismo ya que esto
también está prohibido.
Nos
tomamos un tiempo, comimos un helado, visitamos algunas tiendas, compramos
alguno que otro souvenir y nos encontramos con el tour para ir al Rancho
Victoria.
Llegamos
al Rancho Victoria, un paradisiaco lugar, lleno de áreas verdes perfecto para
un buen descanso.
El
ambiente era el ideal para tomarse una cerveza artesanal, conversar y admirar
tremendo paisaje que teníamos. El chopp de cerveza está 10 soles.
En el
mismo lugar, es posible montar a caballo; debes pagar 3 soles en el bar y con
ese ticket llegas al establo y eliges tu caballo. Si quieres puedes hacer que
te lleven o puedes montarlo solo, a Claudia la ayudaron, pero yo quise montar
mi caballo y hacerlo correr. Correr por el campo con ese hermoso caballo no
tiene precio. Al bajar, Dante (nuestro segundo guía) me comentó que no había
visto a nadie hacer correr el caballo como yo lo hice. Desde ahí me puso el
apodo del conquistador (por la barba y por el caballo). Ese Dante era un loco,
lástima que no tengo una foto con él.
Después de
montar a caballo, y como teníamos tiempo, fuimos a descansar y disfrutar de las
hamacas que había en el lugar. Sin duda, una maravillosa experiencia, descansar
sobre una hamaca bajo la sombra de los árboles y rodeados de toda naturaleza.
Nos
quedamos buen rato en las hamacas, hasta que tuvieron que venir a buscarnos
para ya irnos. Lo disfrutamos mucho. De camino a la van, Claudia pisa un charco
de lodo, sólo a ella se le ocurre ponerse zapatillas blancas.
Próxima
parada sería El Wharapo, lugar donde probaríamos la bebida bandera de Oxapampa “Wharapo”,
un aguardiente destilado de la caña de azúcar con un sabor bastante agradable.
Conocimos el proceso de elaboración y Nathalie compartió con nosotros una
botella.
Nuestra
última parada en Oxapampa antes de regresar a la Merced sería Chontabamba, donde
visitaríamos una casa de artesanías muy turísticas donde te puedes vestir como
los austroalemanes.
Al salir,
vimos a una señora con un lindo mono choro subido en su hombro. Fuimos a verla,
se llamaba Valentina y nos dejó tomarnos fotos con ella. La monita se te
colgaba encima y no le tenía miedo a extraños, muy linda.
Con esta
experiencia terminamos Oxapampa, nos despedimos con un poco de tristeza por no
haber podido quedarnos más tiempo, pero con la promesa de volver algún día para
visitarlo cómo se debe y disfrutar de su gente, sus paisajes y sus costumbres.
Al llegar La
Merced, y luego de ducharnos y cambiarnos en el hotel de Nathalie, fuimos a la
plaza de armas para buscar algo que cenar, nuestro bus salía a las 9:00 así que
nos daba tiempo de sobra. Nos volvimos a pedir Juanes, esta vez con cecina,
yucas y platanos fritos. ¡Una delicia!